miércoles, 21 de septiembre de 2011

Donde caera satelite NASA


Los científicos de la NASA están haciendo todo lo posible por determinar dónde impactará en los próximos días -probablemente el viernes- el satélite UARS, un artefacto de seis toneladas y del tamaño de un autobús que ahora mismo se precipita sin control contra la Tierra. Si los cálculos apenas están equivocados, la diferencia del lugar de impacto podría ser tan amplia como la distancia entre Florida y Nueva York o entre la India e Irán. Localizar dónde y cuándo caerán estos desechos espaciales es una tarea imprecisa.

Por ahora, los científicos pronostican que el UARS (Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior) caerá entre el jueves y el sábado, pero la zona de impacto abarca casi todo el planeta, todos los puntos entre las latitudes 57 grados norte y 57 grados sur. Desde Edmonton y Alberta, en Canadá, y Aberdeen, en Escocia, hasta el Cabo de Hornos, la punta más austral de América del Sur. Todos los continentes menos la Antártida están en el punto de mira.
El satélite de investigación lanzado hace 20 años se desintegrará en más de cien trozos al entrar en la atmósfera y, aunque la mayoría arderán como fuegos artificiales, los científicos calculan que 26 de los trozos metálicos más pesados impactarán contra la Tierra. En total, se calcula que caerán restos de 545 kilogramos y que los trozos mayores serán de titanio, acero inoxidable o berilio.Eso representa el 10% de la masa del satélite UARS, que tiene 10,7 metros de largo y 4,6 de diámetro. El trozo más grande pesa unos 136 kilogramos y los fragmentos podrían dispersarse en un área de 800 kilómetros de largo
Jonathan McDowell, investigador del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, no está preocupado a pesar de encontrarse en la zona de posible impacto, junto con la mayoría de los 7.000 millones de habitantes del planeta. «Hay cosas pesadas que caen del cielo casi todos los años», comenta. Este año, por ejemplo, ya han caído dos etapas de cohetes rusos. En cuanto a la probabilidad de que le dé a alguien, «es muy escasa», dice McDowell. «Por eso no me pondré mi casco ni me esconderé debajo de una roca», bromea

Un planeta muy grande

UARS fue dado de baja en 2005, después de que la NASA redujera su órbita con el poco combustible que queda a bordo. La NASA no quería seguir más tiempo del necesario, por temor a un choque o la explosión de un tanque de combustible, accidentes que dejarían un montón de basura espacial. Teniendo en cuenta la velocidad orbital de la nave de28.162 kilómetros por hora o 8 kilómetros por segundo, una predicción equivocada por unos pocos minutos puede significar 1.609 kilómetros de error. Si la caída ocurre en la oscuridad será visible y quien esté cerca «va a tener un buen espectáculo», dice el investigador Mark Matney, del Centro Espacial Johnson en Houston. Eso, si no se le viene encima.
No será necesario ponerse a cubierto. Las probabilidades que alguno de sus pedazos de UARS nos caiga en la cabeza es muy baja. Hasta donde se sabe, los desechos espaciales nunca han herido a nadie ni han causado daños materiales significativos. Eso se debe a que la mayoría de la superficie terrestre está cubierta por agua y hay vastas regiones que no están pobladas.
Si alguien se encuentra con lo que supone es la pieza de un satélite, no debe tocarlo. La NASA dice que aunque no contiene sustancias tóxicas, podría tener bordes afilados. Además, es propiedad del gobierno estadounidense, por lo que es ilegal conservarlo como recuerdo o venderlo por eBay. La agencia espacial aconseja que advierta del hallazgo a la policía.

Otros artefactos que se nos vinieron encima

martes, 13 de septiembre de 2011

canal de televisión demandará a la NASA para que desclasifique información sobre ovnis

Un canal de televisión de EEUU ha emprendido una singular batalla contra la NASA a la que proyecta demandar judicialmente la próxima semana, para que desclasifique información relativa a Objetos Voladores No Identificados, los ovnis.

El canal de televisión por cable Sci-Fi, realizador de documentales que exploran la línea que separa la realidad de la ficción, se alió el año pasado con una firma de abogados de Washington, y con John Podesta, el ex jefe de gabinete del ex presidente Bill Clinton, en un peculiar empeño.

Se trata de obtener información sobre "el nuevo Roswell", un posible avistamiento de un OVNI en Kecksburg, Pensilvania, en 1965.

"La NASA y el Departamento de Defensa continúan con su muro de silencio", señaló Bonnie Hammer, presidente de Sci-Fi, pero "el público tiene derecho a saber si esto tiene algo que ver o no con los ovnis", agregó.

El presidente de Sci-Fi declaró que en diciembre de 1965 los residentes de Kecksburg observaron cómo una bola de fuego iba a parar a un bosque a unos 65 kilómetros de Pittsburg.

La zona fue inmediatamente acordonada por el Ejército, que realizó un gran despliegue de helicópteros y camiones, pero los ciudadanos de Kecksburg, localidad que fue incluso puesta bajo la ley marcial, nunca supieron si los militares habían encontrado algo.

Sci-Fi difundirá el próximo viernes una nueva investigación sobre los hechos y contará con las declaraciones de, entre otros, un experto de la Universidad de Virginia Occidental, descubridor de pistas que confirman que el bosque sufrió en esa época lo que fue descrito como un "evento traumático".

El periodista de investigación Leslie Kean dijo al servicio de noticias de Sci-Fi que el experto de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) Nicholas Johnson descartó que se hubiera pensado que se tratase de un satélite ruso llamado Cosmos 96.

Johnson aseguró que ningún resto de ese satélite pudo haber ido a parar a Pensilvania, e indicó que no podía tratarse de "ningún objeto hecho por el ser humano, de ningún país".

Fuente: http://www.elmundo.es/